FILOSOFÍA

«Cada persona tiene la filosofía de sus propias actitudes», decía en El oficio de vivir Cesare Pavese. Por ello, las que presenta el Proyecto Fahrenheit 451 muestran bien la filosofía que propone y los criterios con que realiza cada una de sus acciones. Pero no olvidemos que nuestra organización la hacen personas, y que la necesidad básica del ser humano es lograr una buena vida. Quizá solo podamos decir que somos lo que hacemos, lo que queremos hacer, que la vida de cada cual es su propia obra. Ojalá el proyecto de las personas libro nos ayude a crear valores, a valorar la vida, desde la libertad y los libros. También, desde el vínculo, que es nuestra manera de hacer y define lo que somos.

Más que un proyecto ya hecho o por hacer, más que un proyecto imaginado de manera rígida, se trata de un movimiento que está continuamente haciéndose y renovándose. Lo realizan personas diferentes que aportan sus libros y sus ideas, también muy diferentes, y lo hacen trabajando en equipo y desde una actitud de encuentro, escucha y respeto. Del movimiento de las personas libro se puede decir que para nacer ha nacido y desearle que siempre pueda decir que confiesa que ha vivido.

En sus fundamentos descubrimos que es participativo, porque el proyecto lo hacen personas y su participación es el principal objetivo, el camino. Quizá el único.

Es abierto, porque no solo no ponemos trabas para que cualquier persona participe, sino que lo facilitamos al máximo con una dinámica abierta en sí misma. Incluso, no ponemos condiciones económicas. Tan solo se ha de estar de acuerdo con la filosofía del proyecto. Dice Pessoa en Libro del desasosiego que «nunca llegamos a otros sino otrándonos», y este proyecto es abierto porque busca más que nada que nos otremos, alterar nuestras vidas, alterarnos (alter es una palabra latina que significa «el otro»).

Es plural, porque nunca preguntamos a nadie qué ideas o creencias tiene, sino que le mostramos cómo puede colaborar sin imponer sus criterios ni apropiarse del proyecto para sus objetivos.

Es solidario, porque si Adam Smith en La riqueza de las naciones argumentaba que la búsqueda individual del máximo beneficio redunda en el bien de la sociedad, y lo hace a través del pensamiento: «Dame lo que necesito y tendrás lo que deseas» (la teoría en que se sustenta el sistema capitalista, aunque en realidad se trata de: «No espero que me des, sino que cojo lo que necesito y más…»), en el caso de las personas libro la busca del deseo propio e íntimo, canalizada en equipo hacia lo público, sí que ha de redundar en el bien comunitario. El principio de Smith quedaría alterado por el que las personas libro proponemos: «Te doy las palabras que deseo y es probable que obtengas algo de lo que necesitas». Ojalá que el sistema en que vivimos también quede alterado con nuestro quehacer. Por lo que decimos y, sobre todo, por cómo lo decimos.

Es progresivo, porque su misma dinámica favorece y procura el avance, y con la aportación de todas las personas libro va perfeccionándose día a día, y profundizando su filosofía y práctica solidaria.

Cree en el vínculo como única vía válida de encuentro verdaderamente humano, porque las personas libro se vinculan a quienes dirigen sus narraciones, se vinculan a sus textos y se vinculan al hecho mismo de salir del silencio y hablar con otras personas. Vínculo no es atadura, sino encuentro que se pretende verdadero, quizá porque lo hacemos desde la vulnerabilidad y lejos de cualquier actitud de poder.

Es sencillo y humilde, porque no busca el aplauso sino un encuentro de personas en torno a unas narraciones que trabajan el vínculo, que es algo que siempre se está construyendo y cuidando.

Es de energía renovable, porque obtiene su energía de fuentes naturales virtualmente inagotables: las personas mismas. Estas, al buscar sus deseos más íntimos en los libros y mostrarlos en público, descubren la inmensa cantidad de energía que contienen (ellas y sus textos, y el acto mismo de compartirlos) y se cargan de ella en un efecto dinamo. Además, al organizarse en proyectos imaginativos y solidarios, creados a partir de sus propias propuestas, son capaces de regenerarse con facilidad gracias al esfuerzo empleado y al placer obtenido. Con este quehacer, las personas se sienten potentes (no, poderosas), algo esencial para afrontar la vida con dignidad.

El proyecto respeta el necesario criterio de ecología, ya que, igual que las plantas y los animales crecen y se desarrollan únicamente cuando se dan ciertas condiciones físicas, reivindicamos que las personas solo pueden desarrollarse humanamente cuando buscan y trabajan su deseo, en el que está siempre el Otro. Podemos decir claramente que el proyecto de las personas libro facilita esta búsqueda, ya que los deseos viven en la ficción, y hemos de hacerlos realidad con cada narración, que necesariamente ha de ser de calidad y una posibilidad para el vínculo. Además, lo hace utilizando (y reutilizando) los medios y alimentos que en todo momento están al alcance: los libros.

Y por supuesto, también cree en la sostenibilidad, que consiste en satisfacer las necesidades de la actual generación sin sacrificar la capacidad de las futuras de satisfacer las suyas propias. Es por ello que hemos de construirlo muy bien aquí y ahora, sin prisas por hacer cosas, sin hacer por hacer, precisamente para dejárselo a las generaciones venideras, que habrán de soportar las consecuencias de nuestro injusto modo de vida actual. Ellas lo mejorarán, igual que hacemos ahora con nuestra imaginativa y generosa labor de cada día. A esa mejora ayudará la investigación sosegada y la lentitud.

Es laico, porque es independiente de cualquier organización o confesión religiosa. Las personas libro no se mueven por creencias, y quienes las tienen las dejan a un lado para encontrarse y compartir con otras tareas sin fin religioso alguno.

No es gregario, ya que busca que cada persona encuentre su identidad en los libros y, por ello, no solo ayuda a impedir que la persona se diluya en una grey o rebaño, sino que facilita que esta, con su particular hacer, alcance encuentros verdaderos, consigo misma y con los demás. El vínculo creado en cada narración será, entonces, garantía de libertad y respeto.

Es creativo, porque lo hacen personas que se animan a encontrarse con gente desconocida a la que, con una actitud de confianza, fuerza y valor, narran sus textos. Poco a poco, las personas libro se sienten a gusto con el cambio que suponen estos encuentros, y lo disfrutan. Y ya no se asustan por tener que improvisar encuentros a deshora, porque saben que son los verdaderos. Encuentran la autonomía y la creatividad propia gracias a la seguridad que les proporciona la compañía de otras personas libro, y al uso que hacen de la Palabra Vinculada.

Es educativo, porque ayuda a la persona a ser tan humana como pueda, que quizá sea el único y esencial objetivo de la educación.

No se exige formación cultural o intelectual. Es más, igual que Paulo Freire usaba el ladrillo para enseñar, nuestro proyecto sirve para que otras personas aprendan y se liberen de la ignorancia. Y quienes sí tienen una formación podrán canalizarla mejor al compartirla de esta manera vinculada. No hay discriminación ni comparaciones entre las personas libro.

Comparte los objetivos de la Agenda 2030, y especialmente el de «garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos». También, que la ciudadanía pueda «acceder a las oportunidades y participar plenamente en la sociedad».

Como en cualquier biblioteca, en las personas libro existe un respeto profundo hacia la libertad de pensamiento y de expresión, y la defenderán ante el fascismo que la amenaza.

No hay censura de ningún tipo, pero sí nos cuidamos de no dar apoyo a palabras que no respetan los Derechos Humanos.

El proyecto de las personas libro es feminista. Como el feminismo, trata de hacer visible lo invisible, decible lo indecible. Nos hacemos llamar personas, porque creemos en la igualdad entre mujeres y hombres.

Si utilizamos el enfoque de la Palabra Vinculada es porque buscamos no colonizar las palabras ni con ellas a las personas, buscamos entregar nuestras palabras sin imponerlas, buscamos encontrarnos con el Otro, que es el principal reto de todas las culturas en todas las épocas. Y lo hacemos con un pacto entre las personas y los libros, ya que ellos nos dan las palabras y nosotras, la voz vinculada.

No hay corrección, sino ayuda, y solo si esta es aceptada. Entendemos que el uso de la Palabra Vinculada es algo que siempre se está aprendiendo e investigando. Por ello, lo que verdaderamente importa es valorarla y la actitud de hacerla nuestra y usarla para que se aprecie mejor la autenticidad de nuestras narraciones.

Es independiente, porque se trata de un movimiento cultural, social y educativo que existe sin depender de los gobiernos y los mercados, que se basa únicamente en los deseos que la ciudadanía halla en los libros y en el libre compromiso de las personas con algo que les hace bien a ellas y a quien las escucha.

Es democrático, porque es una forma de convivencia social en la que todas las personas libro son libres e iguales, y las relaciones se establecen en base a un acuerdo de voluntades que genera derechos y obligaciones. Las decisiones las toma la comunidad de personas libro y se respetan las decisiones, siempre que se basen en esta filosofía que compartimos.

Es autogestionado, ya que las personas libro nos organizamos en células autónomas y coordinadas para conseguir objetivos en los que creemos. Nuestro criterio es posibilitar la participación de todas las personas libro para que decidan sobre los procedimientos y caminos a tomar, y traten cualquier asunto entre ellas con toda libertad.

Ayuda al respeto de los Derechos Humanos, porque las personas libro son conscientes de que «el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad», y su quehacer busca «el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra».

Si estos valores son importantes, lo es aún más mejorarlos y crear nuevos desde la libertad y el compromiso con la vida buena. El lema de las personas libro podría ser: «Tráeme ventanas abiertas y comeré manzanas contigo».

DECÁLOGO

1. Las personas libro constituimos una extravagante minoría que, aunque parece clamar en el desierto, quizá pueda ser de alguna utilidad al mundo. No estamos seguras de nada, excepto de que los libros que amamos están bien archivados tras nuestra mirada tranquila, y de que queremos darlos a conocer a otras personas sin imponerlos.

2. Nunca olvidamos que no somos superiores a nadie por el hecho de llevar un libro dentro de nuestras cabezas (y nuestros corazones), porque solo somos sobrecubiertas para protegerlo, sin valor intrínseco alguno. Somos vagabundos por fuera y bibliotecas por dentro. Nos sentimos bien al hacer lo que hacemos y nos alegramos de que haya otras personas que también lo hacen.

3. Nuestro proyecto confía en las personas cuando eligen un texto confiando en sí mismas, para hacerlo público. Cada vez que narramos, las personas libro hacemos que las palabras tengan más valor en la vida comunitaria frente a la violencia y otros gestos de poder, como la censura. Esto es así porque mostramos públicamente palabras que tienen que ver con nuestro deseo más íntimo, porque buscamos palabras precisas y bellas para encontrarnos sin tener que competir. En nuestra vital biblioteca itinerante hay cabida para todos los libros y personas.

4. El Proyecto Fahrenheit 451 busca crear un vínculo entre todas las personas libro, crear una organización para resistir frente a la tendencia real que, si no prohíbe, sí impide de hecho que leamos bien los libros y la vida, que pensemos, que hablemos entre nosotras de algo diferente y de manera diferente. Busca crear un vínculo con la realidad, pero desde el deseo. Crearlo y recrearlo. El nuestro es un movimiento de la ciudadanía para la ciudad, que así se mueve más libremente.

5. Sabemos que compartir tiempo y palabras de manera vinculada es algo bueno que podemos hacer sin depender de nada ni de nadie. Desde nuestras manos y nuestras ideas. Desde nuestro propio criterio, que también es el de muchas más personas. Eso hace que no nos sintamos tan solas, que apreciemos la fuerza de la compañía, que la disfrutemos. Creemos que compartir la alegría es absolutamente superior a compartir el sufrimiento.

6. Que nadie piense que se exige la heroicidad de aprenderse un libro entero como en la ficción de Fahrenheit 451, pero por qué no soñar con muchos y variados encuentros de capítulos o de fragmentos de capítulos con estrofas, versos, párrafos, palabras… Lo importante es la actitud, nunca lo heroico. Y es que no hay para la belleza más origen que la herida, porque la verdad vive en los fragmentos, en lo incompleto, y las personas, como las palabras, siempre somos así.

7. Las personas libro narramos mirando y respirando lo que decimos, a quién lo decimos y cómo lo decimos. La base de nuestras narraciones es la mirada de quien habla. La mirada que siempre busca: algo, a alguien… La mirada que respira y narra, que muestra más que dice. La mirada que hace que las personas que escuchan existan de verdad junto a la persona libro, que sabrá dosificar sus palabras porque conocerá el valor del silencio.

8. Las personas libro hablamos «a lo llano, a lo liso, a lo no intrincado» (don Quijote dixit). Lo hacemos con sosiego, sin artificios, con naturalidad, con gozo, sin colonizar las palabras, ni con ellas a las personas, sin jactarnos de lo que hacemos. La piedra angular de nuestra narración está en la búsqueda de la palabra verdadera sin opacidad y sin sombra, dada y recibida en el mismo instante de hablar.

9. Las personas libro sabemos que las palabras poseen un color, un sabor, una textura, una fragancia o un aroma. Lo buscamos y disfrutamos con sencillez de ello.

10. Esta manera de defender los libros es un gesto de reconocimiento del error que supone la destrucción de las bibliotecas, ya sea la de don Quijote o la de Sarajevo, Bagdad…, porque quien censura o quema libros termina tarde o temprano por matar razones y vidas.